Naïve, tellement naïve

Quisiera guardar el alma del aire en un dedal, y atarla con un fino cabello; encerrar los números que tengo grabados en la piel en una cajetilla de cigarros, y que al cambiarme de ropa se esfumaran todos esos temores que me hacen a veces mirarte raro - con un poco de tristeza de más, y la duda coloreando mis ojos castaños. Confórmome entonces con respirar hondo y tomar del café que preparas para no mirar el mañana, y tomo tu mano con fuerza, con el afán inocente y naivo de lastimarte para hacerte sentir un poco el dolor presente en cada beso de despedida.