Variación 8: Melancolías
Era la hora en que las tiendas empezaban a cerrar, y la gente se dirigía a sus casas. El viento frío, que anunciaba la inminente llegada del invierno, hacía revolotear las hojas cafés que se amontonaban en las veredas y bordes de la calle. La parada del autobús quedaba todavía un poco lejos, así que apuró el paso. Apretó su bolso contra su costado para que no se cayera, y con la otra mano entrecerró un poco más su bufanda, pues el gélido aire le molestaba. Llegó, y viendo que el camión aun no se aparecía, se puso a admirar el escaparate de una tienda de muñecas, apenas discernible pues la luz del local había sido ya apagada. Aun así, se veía el reflejo del alumbrado que se había prendido al empezar a caer la noche, y le daban un fulgor muy especial a las delicadas figuras que se veían dentro. Absorta estaba en sus pensamientos, cuando distinguió movimiento por el ventanal que veía; una pareja se había reflejado a su paso. Tal vez fue la caída de los hombros, o el saco que llevaba él, pero le pareció reconocerlo, y su corazón dio un vuelco ante la posibilidad de encontrárselo. Se volteó, emocionada, a mirarlo; dejó que su agitada respiración se calmara por unos segundos mientras inspeccionaba su nuca, su corte de pelo – si, definitivamente era él, – la misma altura, el mismo caminar, la misma gabardina… pero otra mujer a su lado. Vio, con doloroso desengaño, cómo su mano – los mismos dedos que la habían acariciado tantas veces – estaba cerrada delicadamente sobre la mano de esa joven. Apretó con fuerza sus puños, y contuvo su nombre tan amado en su garganta...
El camión cerró sus puertas, y continuó hacia la próxima parada. Las sombras habían cubierto ya a la ciudad, y todos los habitantes se dirigían a sus casas; el escaparate de muñecas seguía brillando bajo la luz del farol, donde se dibujaba ahora la silueta de un corazón hecho pedazos…
El camión cerró sus puertas, y continuó hacia la próxima parada. Las sombras habían cubierto ya a la ciudad, y todos los habitantes se dirigían a sus casas; el escaparate de muñecas seguía brillando bajo la luz del farol, donde se dibujaba ahora la silueta de un corazón hecho pedazos…
3 Ummæli:
muy bueno y muy triste...
ojalá Variación 9 sea un cuento erótico. :P
Excelente redacción (mucho mejor que cualquier post que he hecho)... me gustó la historia triste y un poco desgarradora (ambiente... invierno, sabe) me gustó la emoción puesta.
todavía no hay variación 9, pero lo consideraré.
variación 1 y 7 si son ligeramente eróticos... ahem.
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