miðvikudagur, júlí 09, 2008

Interlude

Sé que no puedo. Sé que no debo. Sé, a ciencia cierta, que las reglas del juego - de este juego- lo prohiben. Nos lo prohíben. Me lo prohíben.Jugamos un juego de amor jugando a jugar sin amor, sin las cartas del cariño, sin los dados de la necesidad, sin los retos de la confinza. Jugamos manos inventadas en escenarios fantásticos, y el amor es sin el amor, y tu y yo nos despedazamos sin elegancia en la arena (y en la cama). Pero tu y yo... somos enemigos declarados contra el tiempo y la distancia, y si tuvieramos que atenernos a los hechos de esta realidad malsana, nos quedarían pocas, muy pocas jugadas.

(Y que prefieres, amor mío, el Az, o el 2 de corazones?)

1 Ummæli:

Þann 15:14 , Blogger gato. sagði...

Los juegos de cartas son muy eróticos.
El problema es cuando alguien gana, ergo alguien pierde.
Esto es aplicable en casi todos los terrenos de las emociones humanas.

 

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