föstudagur, mars 06, 2009

Mornings

Tap. Tap. Tap. Tap. El agua del grifo goteaba en el fondo. Y el no sabia que hacer, pues no sabia nada de plomeria y no parecia querer detenerse. Miro la hoja de papel de nuevo. Miro la ventana de nuevo. La pared, sus manos. Se meso el cabello. Su obsesion no llegaba. Su obsesion era querer saber cual era su obsesion, para por fin poder escribir de ella.

Salio a la calle decidida a encontrarsela. Recorrio las primeras cuadras sin ver ninguna pista de ella, de su cabello castanio ni su andar energetico. Llego al parque, y los columpios tenian ninios, y las bancas familias, y ella no estaba sentada bajo ningun arbol. Siguio caminando, las manos en los bolsillos, y paso por la escuela, pero ahi no podria estar, y la panaderia, pero estaba cerrada. El dentista? No, ella no debia estar ahi; no iba con su energia. Recorrio calles y mas calles, y llego al puerto. Camino por toda la acera, espantando gaviotas con su paso airado y veloz. Y la vio. Cabellera castania callendo por su espalda, vestido amarillo, pantorillas tensas en una extension para poder besar al hombre en el cual sus manos se recargaban. Se dio media vuelta y se marcho. Ella solo alcanzo a ve runa figura alejandose, y se le antojo, por un momento, que hubiera sido el, anhelo errante y lejano, pero el nunca habria ido a buscarla.

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